Hogar de una enorme diversidad de ecosistemas, Asia ha experimentado una transformación en los últimos 50 años a medida que el crecimiento económico sacaba a millones de personas de la pobreza. Pero el rápido desarrollo insostenible amenaza los medios de subsistencia y los paisajes de la región.
A través de su investigación a largo plazo sobre cuestiones como la política agroforestal, la palma aceitera, los incendios de turberas, REDD+ y la tenencia de la tierra, el CIFOR-ICRAF está trazando caminos hacia un futuro sostenible en Asia, proporcionando a los países el análisis y las herramientas necesarias para cumplir sus objetivos climáticos y de desarrollo.
PUNTO FOCAL REGIONAL
Nuestro trabajo en Asia
CIFOR-ICRAF trabaja con gobiernos, agencias de desarrollo y agricultores para demostrar el poder de los árboles a la hora de posibilitar medios de vida más sostenibles desde el punto de vista medioambiental, social y económico. También abordamos los motores de la deforestación examinando cómo iniciativas como REDD+, la reforma de la tenencia y los compromisos del sector privado pueden ayudar a prevenir y revertir la degradación forestal.
Nuestro trabajo
El objetivo del CIFOR-ICRAF es permitir a los pequeños agricultores de Asia mejorar sus medios de subsistencia y aumentar la disponibilidad de alimentos, nutrición, forraje, combustible y pequeñas maderas, reforzando al mismo tiempo la capacidad de una amplia gama de partes interesadas. Los temas de investigación incluyen: política agroforestal, cadenas de valor sostenibles e inclusivas, gestión sostenible del paisaje en asociación con el sector privado, crecimiento verde, restauración de tierras degradadas, incluidas turberas, bioenergía, humedales y carbono azul, REDD+, reforma de la tenencia, promoción de la inclusión social, paisajes integrados, incluidos árboles fuera de los bosques y gestión de cuencas hidrográficas para un desarrollo con bajas emisiones, agroforestería de montaña, sistemas de cinturones de abrigo en Asia Central, adaptación al cambio climático mediante el uso de «calendarios ecológicos» tradicionales y desarrollo de otras estrategias de adaptación, especialmente para el aumento del nivel del mar y de la temperatura.